domingo, 17 de mayo de 2009

Por aquí, dando la vuelta...

Sí, Vibraciones era un programa pachequísimo, no sólo por la música, también por la voz del locutor, quién sabe cuál sería su nombre, y por los rollos mafufos que nos recetaba por las trompas de Eustaquio. Eran unos choros muy raros, como que el tipo había desayunado malteada de pizza de chorizo, o algo así.
Para los niños pobres de entonces no había más fuente rockera que la radio. En Radio Capital pasaban Rock a la Róling, y un mano a mano de los Doors y los Crídens. En Radio Éxitos pasaban un programa de los Beatles tres veces al día. en Radio 590, La Pantera, de vez en cuando nos regalaban algo digno de escuchar. Luego en Canal 710 un tipo muy pacheco también se daba a la tarea de pasar disco completos, algo inusual en la radio comercial. Quizá era hijo del dueño, porque de otra manera no nos explicamos cómo podía hacerlo. En esa estación escuché por primera vez, completita, sin cortes, la banda sonora de The Song Remains the Same, la película de Led Zeppelin.
Había cierta decencia en la programación de WFM, con la voz inmortal de Mario Vargas. Y por cierto, Radio UNAM, el verdadero agasajo, porque pasaban clásica (es decir Mozart, Bach, etcétera) y rock, mucho rock novedoso. Ahí fueron mis primeros contactos con el punk, pero también con Dylan y con Genesis.
No había dinero para discos, mis amigos. Era necesario ahorrar durante semanas para comprar uno. Recuerdo que en el tianguis rodante de mi colonia pude comprar el Zeppelin I, luego de semanas de intensa agonía ahorrando peso sobre peso. Fue un momento glorioso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario